jueves, 24 de septiembre de 2009

BBVA: ¿AEROLINEA DE BAJO COSTE?

Compañer@s de trabajo:

A nuestros innovadores directivos, su política de reducir costes C.Q.C. (caiga quien caiga) comienza a pasarles factura.

El servicio que se presta a la clientela, podría empeorar por momentos y con tanto reducir y reducir costes, cada vez nos parecemos más y más a esas aerolíneas baratas, que de cuando en cuando, son noticia en la televisión por las airadas protestas que protagonizan sus clientes en los aeropuertos. Nuestro Banco, hasta ahora una prestigiosa aerolínea internacional fundada hace 150 años, con el P.E.I.T. (plan de eliminación inmediata de trabajadores), se está transformando en una vulgar aerolínea de bajo coste.

Las recientes ocurrencias "innovadoras" de nuestros dirigentes, con el pretexto de acercarse a los clientes para mejorar la calidad de servicio, parecen conseguir precisamente lo contrario.

Lo primero que perciben los clientes en las oficinas que frecuentan, es la reducción de la plantilla, junto a una enorme rotación de trabajadores. Agencias con cinco empleados hace dos años, ahora tienen tres y los clientes se ven obligados a esperar muchos minutos para ser atendidos por el director y los comerciales. El afán desmesurado de reducir costes a cualquier precio, ha terminado por reducir también la calidad del servicio que se presta al cliente. Miles de profesionales veteranos, con formación y/o titulación bancaria específica y muchos años de experiencia en la red de oficinas, han sido sustituidos de golpe, sin recibir ninguna explicación coherente.

Otra circunstancia muy molesta para los clientes, es la inestabilidad de la plantilla en las oficinas de la red. No entienden el carrusel de cambios que les hace pasar en pocos meses por las manos de varios compañeros. Apenas han conocido al último y ya llega el siguiente, que tampoco se quedará mucho tiempo. Esta continua rotación termina por disgustarles y podría minar su confianza en el Banco. Algo tan antiguo como la confianza y el trato personal, lo que siempre ha caracterizado el buen servicio que prestaba nuestro Banco, no vale ya a estos dirigentes, solo vale la orientación a resultados y el aumento de sus bonus personales.

Si las consecuencias de la reducción de costes son negativas para los clientes, no lo son menos para los trabajadores. La amortización de puestos de trabajo en las oficinas, ha supuesto que los compañeros que se quedan, asuman las tareas de los que se han ido, soportando, sin compensación alguna, además de una sobrecarga de trabajo extenuante, el riesgo operacional que conlleva esta reducción de plantilla y que desemboca en sanciones no pocas veces. Por si esto fuera poco, no les queda más remedio que dar la cara ante las quejas, protestas y reclamaciones que protagoniza una clientela que da la impresión de estar cada día más insatisfecha, y busca equivocadamente entre los trabajadores, una cabeza de turco.

A Luis XV le importaba un comino lo que le pudiera pasar a Francia tras su muerte, por eso dijo: “Después de mí, el diluvio”. Algunos de nuestros Directivos, (salvando las distancias), parecen pensar lo mismo y en su afán de maximizar beneficios reduciendo costes, han quemado las naves al desnaturalizar la actividad del Banco transformándolo en un BAZAR, al vender, para después alquilar, los edificios emblemáticos (la red de oficinas seguirá probablemente el mismo camino), al externalizar las funciones de los Servicios Centrales, al reducir la plantilla de la Red hasta dejarla anoréxica a base de prejubilar experiencias. En definitiva, han embarcado al Banco y a sus trabajadores en un peligroso viaje sin retorno de resultado incierto, en que lo único que está claro es que algunos están sacando el máximo beneficio personal en el menor tiempo posible, sin importarles lo que le pueda pasar al BBVA en el futuro. ¡¡¡ BBVA ADÓNDE TE LLEVAN !!!

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