miércoles, 7 de octubre de 2009

¡¡RENDIOS, ESTAIS RODEADOS!!


En toda película de acción siempre ganan los buenos después de que los malos hayan hecho toda clase de fechorías y canalladas (si es policiaca); de felonías y traiciones (si es del oeste); de perfidias y maldades (si hay una enamorada desengañada por medio); de astucias y perversidades (si la peli es de sicópatas) o de desaguisados y diabluras (si hay niños por medio y queremos suavizar sus actos malévolos con estos nombres).

Estar con el estómago encogido es norma habitual del cinéfilo que gusta de la acción.
Hay un no se qué en ese sufrimiento que ralla con una experiencia más allá de lo puramente racional.

Es una sensación extraordinaria de alivio la que se percibe en los desenlaces de estas clases de películas.

Has estado conteniendo la respiración con las intrigas, las conspiraciones, los desprecios del malvado de turno, la superioridad fundamentada en la maldad, las cortinas de humo en la información que te va desgranando el director de la peli para hacer más agobiante y a veces inexplicable el desenlace, mientras nuestro héroe es vapuleado en todos los sentidos, a lo que resiste sin inmutarse ni dar muestras de desfallecimiento, sino más bien, esperando el momento propicio donde resuelto el rompecabezas del argumento, ve la luz al final del túnel, y entonces lo resuelve a su manera, que siempre, es la mejor manera de resolver la trepidante historia en la que está envuelto.

Otra forma de estructurar estas clases de películas es con muchos malos y pocos buenos que van cayendo uno tras otro hasta quedar el héroe que sobrevive a duras penas entre tanta violencia. Le ampara la razón y la honradez y por eso, los corruptos utilizan todas las argucias posibles en sus manos para eliminarlo. Conseguirá como siempre esquivarlos y poner a cada uno en su sitio, a unos entre rejas y a otros los enviará a criar jaramagos.

Pero donde está el culmen de la satisfacción, es en las pelis en que el espectador antes de ver el desenlace ya se prepara para levantarse porque el film toca a su fin. Los malos, en este caso muchos, han sido acorralados en su guarida. Las fuerzas del orden al mando siempre del bueno han llegado con sigilo y han pillado por sorpresa a la pandilla de malhechores de turno. Sin posibilidad de escapatoria, estos malos suelen tener aprecio a sus vidas, y tras muestras de valor artificioso, optan por salir con las manos en alto al escuchar la potente voz del héroe tras un megáfono diciendo: ¡! Rendíos, estáis rodeados.!!

Respiramos profundamente, y lo normal entonces es recoger la bolsa de palomitas y la lata del refresco. A los pocos segundos sonará la melodía de la peli y aparecerán las palabras The End.

AVISO:
Esta es una circular de divertimento.
Cualquier parecido con la realidad es pura
coincidencia.
No vamos a estar siempre hablando de los sábados.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

sorprenden por día vuestras noticias, ahora nos delaitais con una de western (se escribe así?), la entiendo y me gusta esta linea simpática de decir lo que tenemos todos los días. Digo que la próxima o una podría correr por el Bajo Egipto 3450 años A.C., entiendo que nos siempre hablemos de sabados, pero de los sábados ¿qué?

Anónimo dijo...

Y LOS SABADOS ¿QUE?